BLOGGER TEMPLATES AND MySpace 2.0 Layouts »

lunes, 28 de junio de 2010

Excarvando memorias


Una sola palabra hubiese bastado para salvarme. Una sola. Una llamada, una caricia, algo. Un indicio de preocupación, de que te importaba.
De que querías que siguiera viva. Pero hiciste oídos sordos, te hiciste a un lado. No me escuchaste. Te aclaré una y mil veces que me estaba muriendo, que necesitaba salvarme, que contaba con vos para hacerlo.
Que sin vos me moría, que eras lo único que me quedaba. Te sentiste presionado y me dejaste. ¿Tenia que sentirme culpable por mi muerte? ¿O hay más de un culpable? Quiero decirte algo: podrías haberme salvado.
No creo que otra persona entienda el deseo de morir tan acabadamente como lo entendia yo o como lo entienden los suicidas. No sé si hay alguna sensación peor: sentirse mal por estar tan sano, querer morir, desaparecer fulminantemente.Y luego ver a tus viejos haciendo la cena y a los demas poniendo la mesa tranquilamente ; todo mientras vos silenciosamente planeas tu muerte, exquisita, necesaria, inminente, inexorable.

Y llorar hasta el desmayo o el interminable dolor de cabeza que parece encarnársele a uno en lo más profundo de los sesos. Tener tanto odio por uno mismo, tanto que hasta nos parecen irreales e inentendibles todos aquellos años de convivencia con nuestras mentes perturbadas, tantos años de soportarse a uno mismo.
Y luego llegan los reproches: ¿por qué no me di cuenta antes de que me odio? ¿Por qué no me eliminé tiempo atrás?
Lo pensás varias veces, intentas encontrar algo por qué vivir, por qué quedarte: las razones son tan frágiles como la convertibilidad y sos menos convincente que Fidel Castro izando la bandera de los Estados Unidos. Querés morirte y tenés millones de razones por las cuales hacerlo.
Y sin embargo, todavía rogas por una sola razón para quedarte. Una razón te salvaría, solo una sería suficiente. Y no la encontras, no porque no sepas buscar, sino porque simplemente no hay.
No existe la razón por la cual debieras quedarte en este mundo.
¿Por tu familia? ¿Quedarte por tu familia? ¿Que los suicidas son egoístas? Es la estupidez con menos sustento que escuché en toda mi vida.
Empecemos a sacar un poco de lógica de todo esto:

Uno no quiere vivir porque sufre, porque está triste. Entonces algún ser muy inteligente (seguramente amigo o familiar) te dirá que todo el mundo te quiere, que todos te aprecian, que no podes HACERLE ESO A TU FAMILIA.

Muy bien, recapitulemos: entonces uno tiene que vivir en pena porque no se le puede hacer “eso” a la familia. ¿Eso? ¿HACER QUÉ?, me sigo preguntando yo, a través de los años. ¿Hacer qué mierda?
Si uno está enfermo debería elegir cómo y cuándo curarse. Supongo que las personas con cáncer serían más felices si pudieran extirparse la enfermedad. Pues bien, mi enfermedad era estar viva. Y codificando y pasando en claro no me estaban dejando sacarme el cáncer de encima. Querian que tenga cáncer, porque no podia hacerLES eso. ¿Eso? ¿No podia qué cosa? ¿No podia extirpar mi dolor? ¿Debia vivir muriendo para que OTROS no sufran? ¿Tenia cara de tener ganas de aguantar mi pena para que otros no lloren cinco minutos o cinco meses mi muerte y después continúen con sus vidas?

La gente es tan moralista, tan hipócrita.
No entienden lo que se siente; no lo pueden entender porque la depresión, la anorexia, la autoflagelacion, llevan a la persona al extremo más límite.
Te tortura, te viola, te deshace adentro.
Tus tripas, tu estómago, tu garganta, tu pecho, tu TODO. Todo le pertenece a tu enfermedad: necesitás morirte porque sabés que no tenés nada más que hacer en este mundo.
Que te duele demasiado estar vivo; y que aunque seas una
excelente alumna, una hija adorable y una amiga incondicional, no tenés fuerzas para seguir jugando esos papeles.

Te das cuenta que te pasaste la vida actuando: pensando que si te disfrazabas con diferentes personalidades ibas a poder por fin tapar tu verdadero ser:
el que quiere morir porque no puede elegir otra cosa. No puede elegir otra cosa.
Pero, por favor, díganme si estoy errada. ¿Si ustedes estuvieran muriéndose de dolor por alguna razón, no les gustaría acabar con ello? ¿O prefieren morirse de sufrimiento lentamente y caer en una completamente evitable agonía a fin de no molestar a terceros? Además, déjenme decirles: cuando hay dolor los demás dejan de existir.
No se piensa en nadie más, no se piensa siquiera en uno mismo: porque dejas de existir como persona, pasas a ser simplemente un vegetal con ganas de suicidarse. No más que eso.
Los otros no existen: sos vos y la muerte. Son la muerte, las pastillas, la soga, el balcón, la bañera, el secador de pelo, el maldito tren, lo que fuera. Sos vos y tu muerte, más próxima que nunca. Y esta vez es claramente inevitable.





1 comentarios:

Mailo dijo...

HAY razones para quedarte. otra cosa es no querer verlas o buscarlas. evidentemente al principio uno está segado por el dolor que siente en su interior lo que proboca no estar al tanto de su existencia. solo hay que abrir la mente.no partirla de una, sino despejarla y reiniciar todo.
Odiaba cuando me daban la estupida escusa de que los suicidas son egoistas..me habré peleado muchas veces en el colegio por eso, tanto en filosofia como en otras materias y fui mal vista ante mis compañeros hasta que comenzaron a imaginarse que habia tras de eso, pero que no confunda! que nadie se acerco a preguntarme si necesitaba ayuda.igual no la aceptaria porque no me gusta aceptar ayuda de otros porque me siento como una molestia,una carga.
Yo creo que el motivo por el cual tenes que quedarte acá, no es tu familia, eso lo tenes que decidir vos...buscarlo..pensarlo..evidentemente no va a ser fácil y vos ya lo savés.al igual que me pasó a mi en su momento y en lo que menos se consentró mi razón fue en mi familia, aunque una parte pero no el motivo bueno.