La primera vez que salí de casa sola fue para el cumpleaños de una de mis mejores amigas.
Me sentía a la vez parte del grupo y sin embargo no podía dejar de notar diferencias.
Ellas vivas, alegres, saltando, cantando y festejando. Yo sombría y gris, volviendo de la muerte,intentando seguirles el ritmo sin poder hacerlo. Quería dormir.
No había absolutamente nada de aquel lado del mundo. Todo era desinterés y malos tratos
No creo que sus daños fuesen intencionales pero sí producto de no escucharme.
miércoles, 30 de junio de 2010
No había absolutamente nada de aquel lado del mundo
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